Más que un aprendizaje es un recordatorio.
Resulta que, en su momento, creé una newsletter en mailchimp que se enviaba automáticamente al añadir entradas a un blog (es decir, cada vez que se actualizaba un feed rss con feedburner).
Al eliminar el blog, feedburner ha debido cortocircuitar y redirigir las entradas al feed general.
Al final: a un montón de personas les ha llegado un correo de una newsletter ya extinta con un contenido que no estaba para nada relacionado.
Aún no he encontrado el problema, pero por si acaso he ido «desinfectando» y eliminando posibles errores.
Así que…
Hoy he aprendido que automatizar cosas tiene sus riesgos y que es bueno evitar el diógenes digital. Si algo se ha acabado, desinféctalo y sigue avanzando
Hace tiempo que, en mi mundo real, metí en mi cabeza el principio de «si entra una cosa por la puerta debe salir otra» (rara vez lo cumplo, por cierto). Esto ayuda mucho a no acumular cosas que no tienen valor (o con poco valor) y escapar un poco de lo que en márketing se llama «efecto ancla».
Me doy cuenta de que en el mundo digital tendemos(tiendo) a hacer lo mismo y cumplo a rajatabla la ley de «da igual cuánto espacio de almacenamiento tengas, lo acabarás llenando». Lo malo es que en el mundo digital pueden quedar cosas «olvidadas» que disparen eventos (indeseados) al más puro estilo «efecto mariposa». Así que también he reforzado el minimalismo a la hora de diseñar/mantener custormer journeys, momentos de la verdad y acciones.
Esto me recuerda a «Minimalism» en Netflix. No es que me guste mucho el documental pero sí lo que hay «debajo»: la idea de que tener pocas cosas (o las cosas necesarias) ayuda a ser más rápidos, adaptarse mejor y pensar con más claridad. Como decía Steve Jobs, stay hungry.